La radioterapia es uno de los tratamientos indicados en gran parte de los casos de cáncer pero así como ayuda en la mejoría también puede dejar en algunos pacientes secuelas que se manifiestan luego de años, una de ellas es la radionecrosis, algo bastante desconocido entre los pacientes.
Según detalla Yury Salinas, Médico evaluador de la Unidad de Medicina Hiperbática de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, “La radionecrosis es una complicación grave de la radioterapia que provoca la muerte del tejido sano al rededor del tejido tumoral que fue irradiado durante el tratamiento con radioterapia. Generalmente es una complicación que aparece mucho tiempo después”.
El especialista agrega además que “la radionecrosis puede por ejemplo, aparecer después de uno o dos años, incluso puede surgir después de 10 años de haber recibido la radioterapia”. Claro que esta no aparece en todas las personas que han recibido el tratamiento: “En general tienen más posibilidad de contraerla quienes reciben dosis de radiación superiores a 60 GY durante su tratamiento. Pero esto también depende del tipo de tecnología que se use y de las condiciones individuales de cada paciente”, explica el doctor Salinas.
La radionecrosis se manifiesta de diferentes formas según el tipo de cáncer sufrido es por eso que en el caso de “hombres por cáncer de próstata o en mujeres por cáncer cervico-utrerino tienen complicaciones más típicas como la cistitis actínica por daño en la mucosa y los vasos de la vejiga urinaria. Se presenta hematuria o sangre en la orina, el sangrado se acentúa y puede producir anemias graves o coágulos que impiden la salida de la orina con cuadros de obstrucción urinaria graves”.
Para enfrentar esto el profesional sugiere “combinar diversas estrategias quirúrgicas con sesiones en Cámara Hiperbárica que es una terapia que ha ido ganando terreno en todo el mundo por no ser invasiva, segura para el paciente y efectiva en mejorar la calidad de los tejidos dañados por la radiación”. Agrega que sería un tratamiento adecuado pero que los costos -cerca de 40 a 50 mil pesos por cada sesión de un total recomendado de 30 a 40- lo hace menos accesible, a lo que se suma la existencia de pocos lugares que la ofrecen y que cuentan con la certificación correspondiente.
A esto se suma que no existe cobertura de los sistemas de atención de salud para esto por lo que sugiere que se incluir la cámara hiperbárica en El Plan Nacional del Cáncer y de esta forma poder ayudar de mejor manera a los pacientes que se ven afectados por este mal.