Mucho se habla de inclusión hoy en día pero a pesar de eso aún como sociedad no hemos incorporado del todo a aquellas personas que tienen alguna discapacidad. Por suerte hay quienes no han esperado que la Ley de Inclusión Laboral entrara en vigencia (1 de abril 2018) para incluirlos entre sus trabajadores.
Es el caso de la dueña de Oleo Spa Isidora Said. Fotógrafa de profesión, gran viajera, casada y con un hijo luego de conocer diferentes spa en el mundo decidió crear un espacio para entregar algo más que relajo y lujo. Ella quería darle mayor intimidad y calidez y sobre todo un enfoque diferente y más social. Fue por eso que decidió que aquí los masajistas fueran todos no videntes. Aromas, música y manos mágicas, así describen la atmósfera que encuentra el visitante que llega a este lugar que abrió sus puertas hace dos años y medio y que ahora se suma - con los masajes descontracturantes y de relajación - como nueva experiencia de Bigbox: a través de la categoría Vitalite.
¿Cómo nació la idea del spa?
Me ha tocado viajar por lo menos por 35 países y en ellos recorrí distintos spa, me quedaba al menos unos tres días y encontraba que en Chile se preocupaban más de la infraestructura que de la experiencia y yo quiero ofrecer eso a las personas, una experiencia
¿Por qué decidiste trabajar con gente no vidente?
Porque quería hacer un llamado a fijarnos en lo que tenemos y no en lo que nos falta. Mi propósito de vida desde los 24 años es ser un aporte, que lo que haga en mi vida le aporte a otros y aquí es generar oportunidades. Yo desde esa edad tengo un empresa de responsabilidad social que asesora a empresas en este tema y que se llama Cien por Siento. Ahí cambiamos números por sentimientos.
¿Tienes pensado trabajar con personas con otras discapacidades además de no videntes?
Lo hago mucho con comunidades indígenas y mujeres que han vivido violencia intrafamiliar y distintos perfiles que están marginados o que no tienen oportunidades.
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