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Impresoras ecoamigables



Las impresoras no estás ajenas a la generación del mar de desperdicios que cubre parte de nuestro planeta y es para evitar que esta siga creciendo es que Epson implementó en sus equipos una serie de procesos que las hace más amigables con el medioambiente.

Para lograr esto y disminuir la generación de desechos cuenta con un sistema de alto rendimiento de impresión con inyección de tinta, este posibilita la gestión de grandes cantidades con un solo juego de tintas.

En forma paralela la compañía desarrolla la tecnología “PrecisionCore”. Esta consiste en la implementación de un cabezal de impresión ultra eficiente que, al trabajar sin calor, logra disminuir el consumo eléctrico hasta en un 90% en relación a la tecnología láser con toners.

De esta forma y tal como explica Benjamín Gatica, Channel Manager VAR de impresión corporativa de Epson Chile: “Una impresora corporativa WorkForce de Epson que utiliza cuatro bolsas de tintas, tiene un rendimiento equivalente a unos 33 tóner, aproximadamente, disminuyendo considerablemente los desperdicios. Y en cuanto a la energía contribuye además a disminuir hasta un 90% del consumo eléctrico versus un equipo láser a color”.

Pero no son las únicas, si se trata de trata de las de tipo monocromáticas con tanques de tinta, estas pueden imprimir con 2 botellas el equivalente a lo que hacen 6 toners de una impresora láser y si se trata de color las de uso doméstico Ecotank, un juego de botellas de tinta rinde lo mismo que 35 juegos de cartuchos.

La implementación de medidas no se limita a la economía de las tintas, también busca reducir su impacto en aspectos como el diseño, la adquisición de piezas y materiales, la fabricación, el transporte del producto, uso, recolección hasta el reciclaje del mismo. Es en el marco de esta política que el 2018 recogió más de 220 mil toneladas de productos finales a nivel global y 52 mil toneladas de cartuchos, a través de sus programas de recolección y reciclaje.

Esto como una forma de contribuir a reducir la cifra entregada por la ONU que señala que durante el 2018 el mundo generó 48,5 millones de toneladas de basura electrónica.

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