Por María Consuelo Díaz, Académica de Vinculación con el Medio, Escuela de Nutrición y Dietética Universidad San Sebastián
Los trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia nerviosa, la bulimia y el trastorno por atracón, obedecen a múltiples variables, como pueden ser factores ambientales, psicológicos y socioculturales. Por lo tanto, su correcto abordaje debe considerar un trabajo multidisciplinario.
En la sociedad actual, donde la imagen y la apariencia a menudo se valoran en exceso, es fundamental destacar la importancia de una autoimagen positiva y la aceptación de la diversidad de cuerpos. Las presiones externas para cumplir con ciertos estándares de belleza pueden contribuir significativamente al desarrollo de los TCA, y es responsabilidad de todos trabajar para crear un entorno que fomente la aceptación y la salud mental.
Asimismo, es crucial que se destinen más recursos a la investigación y tratamiento de los TCA. La detección temprana y la intervención son clave para mejorar los resultados y la calidad de vida de quienes los padecen. Es imperativo que los gobiernos, las instituciones de salud y la sociedad en su conjunto, reconozcan la gravedad de los TCA y trabajen en conjunto para proporcionar los recursos necesarios, ya que generalmente comienzan en la adolescencia.
El llamado es a reflexionar sobre cómo podemos contribuir a crear un mundo donde la salud mental sea una prioridad y donde aquellos que sufren de TCA puedan recibir el apoyo necesario sin juicio ni estigma, donde se pueda promover la comprensión y el apoyo hacia aquellos que luchan contra ellos.
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