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Columna: Cómo afecta la llegada de un hijo


Por Daniela Toro, psicóloga miembro del Centro Clínico del Animo y la Ansiedad


Sin lugar a duda, la incorporación de un nuevo miembro al núcleo familiar puede ser maravilloso y complicado a la vez. Tener un hijo trae importantes cambios que alteran la dinámica y estructura familiar, ya que el reciente integrante llega a ocupar un espacio en el que transforma lo que existía en algo completamente distinto. Es por ello, que establecer una buena comunicación con la pareja tanto antes como después del nacimiento es fundamental para enfrentarse a este nuevo reto y así disponer de herramientas sólidas que propicien un trabajo en conjunto.


Suele ocurrir que la demanda de tareas y organización aumenta de manera exponencial con la nueva adición a la familia, lo que se traduce en una notoria disminución en el tiempo que antes se dedicaba a la pareja, a otros hijos y al propio, es decir, hay una menor intimidad. Del mismo modo, el tiempo que antes era dedicado a actividades recreativas, sociales o de ocio, ya no está disponible de la misma manera.


Es necesario considerar que también estos cambios pueden traer algunas problemáticas. Como por ejemplo, pueden haber conflictos a la hora de ponerse de acuerdo en las tareas del hogar y la crianza; descuidar la relación al dedicarse de manera exclusiva al niño; perder los espacios personales y los compartidos con la pareja al no saber gestionarlos adecuadamente; sentir agobio por la cantidad de responsabilidades y al no saber manejar las nuevas emociones que podrían surgir como la rabia, la tristeza o el temor; sentir que se es desplazado por el hijo; sensaciones de estrés y dificultad sexual. Todo esto implica un desafío adicional que requiere de reorganización de tiempos, espacios y gestión de las emociones.


Para poder abarcar estos problemas es imprescindible tener un nivel de comunicación adecuado en la relación de pareja. La clave está en saber escuchar y entender al otro para disminuir las sensaciones de estrés y lograr llegar a acuerdos a través de la negociación.


Es por ello, que después del nacimiento del niño, se vuelve primordial saber gestionar los tiempos para lograr un equilibrio entre el espacio propio y el dedicado a la pareja, junto con establecer acuerdos a la hora de repartir las tareas o responsabilidades tanto de crianza como del hogar. Contar con un espacio de diálogo para compartir las dificultades que se están atravesando o las sensaciones de estrés que van apareciendo, es esencial para comprender esas emociones y aprender a gestionarlas y afrontarlas de la mejor manera.

 

Hay que reflexionar sobre que nadie nace sabiendo ser padre o madre, por lo que es significativo pedir ayuda a familiares y cercanos para atravesar esta nueva etapa de vida. Es una experiencia que muchos ya han pasado y no hay razón para soportar todo el peso en solitario.


Además, pedir ayuda profesional se vuelve muy necesario cuando las peleas entre la pareja se intensifican y no se encuentran soluciones; o cuando aumenta la distancia y la comunicación ya no es suficiente. También en casos en que hay un incremento de la tensión y el estrés ante las tareas del hogar y crianza, cuando existen problemas para gestionar las emociones o se presentan cuadros de cambios anímicos prolongados como la depresión post parto y sensaciones de ansiedad o angustia pueden comenzar a surgir.


Las recomendaciones para los padres se basan en que hay que tener expectativas realistas sobre la implicancia y los cambios que conlleva tener un hijo. Es necesario tener un adecuado autocuidado y una apropiada comunicación de pareja y saber identificar y diferenciar las emociones por las cuales se transita.


Se debe intentar no dejarse de lado, ni tampoco a la pareja. Tampoco dudar en pedir ayuda a profesionales o familiares en caso de necesitarlo. Tener a mano información sobre las etapas del ciclo familiar, la evolución de un bebé o formas de crianza es un gran aliado para saber manejar el tiempo y espacio para sociabilizar con otros y sostener los lazos afectivos y prepararse de la mejor forma posible a este gran cambio como lo es la llegada de un hijo.

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