Se acerca fin de año y con esto todos comienzan a planificar dónde pasar las fiestas, con quién y qué hacer. Lo que para muchos puede significar un gran y esperado momento familiar, para otros resulta ser un estrés acompañado de ansiedad.
“Esta época, sobre todo para personas que han vivido una etapa de duelo o una reciente separación, puede ser compleja, especialmente cuando hay hijos de por medio en la pareja”, explica Ignacia Valenzuela, magíster en psicoterapia integrativa y actual Directora de Programa y Operaciones de Umano, primera PeopleTech chilena, cuya misión es el bienestar y la salud mental de los trabajadores de empresas.
Si bien en Chile no existen datos formales al respecto, una investigación realizada en España en 2015 arrojó que las visitas al psicólogo se incrementaron en un 35% inmediatamente después de la Navidad, mientras que en el Reino Unido un 26% de los encuestados declaró sentir peor salud mental en estas fechas, lo que se acrecienta entre los divorciados y los que han enviudado, llegando a 35% y 31%, respectivamente.
En tanto, una investigación de la Asociación Americana de Psicología revela que un 41% de los adultos aumenta su nivel de estrés durante la época festiva, porcentaje que se debe, en mayor medida, a un estrés financiero. Sin embargo, los temas emocionales también aparecen como un motivo relevante.
“El marketing, las redes sociales y las comunicaciones en general nos bombardean con la familia tradicional reunida en torno a las fiestas, pero cuando se genera distancia entre lo cultural y lo social con las vivencias personales de cada uno, existe mayor riesgo de crisis o incluso de suicidio”, comenta Ignacia Valenzuela.
“Debido al aumento de síntomas ansiosos o depresivos, también existen mayores posibilidades de consumo excesivo de alcohol o drogas, aumentando también el riesgo de sobredosis”, agrega la profesional. “A todo esto se suma que pronto vienen las vacaciones, arrastrando el cansancio acumulado del año y el estrés de tener que coordinar con quién pasarán las vacaciones”, esgrime.
Umano opera en las empresas con trabajo multi e interdisciplinario, prestando ayuda profesional a los colaboradores, y es precisamente la atención psicológica la más utilizada.
De las más de 4.300 atenciones que hemos realizado en Umano el último año, un 51% correspondió a atenciones psicológicas, mientras que el resto se reparte en las otras disciplinas.
De ese 51%, una de cada diez atenciones corresponde a terapia de psicología infantojuvenil, es decir, de hijos de colaboradores que también requieren atención. “Nuestro trabajo se centra en un apoyo integral a toda la familia. Para nosotros es fundamental incorporar a todo el entorno del paciente en caso de fuera necesario, ya que así es como podemos ver buenos resultados”, puntualiza Valenzuela.
¿Cómo sobrellevarlo?
Ante esta realidad que viven miles de personas, sobre todo posterior a una separación, desde Umano entregan algunas consideraciones para estas fechas, tales como:
● Entender que no hay un modelo único de familia: luego de estos procesos, la familia es distinta, pero sigue existiendo.
● Organizarse con anticipación y tener definido qué hacer, con quién pasar las fechas, anticipar a los niños con el fin de tranquilizarlos y darles sensación de seguridad.
● No mentir o suavizar una realidad. Es mucho mejor comunicarse claramente con el lenguaje esperado para los niños. Gracias a la verdad se pueden disminuir los síntomas ansiosos que se puedan generar.
● No sólo pensar en celebrar con familia de sangre, sino también con amigos u otras redes, ya que en estas fechas la sensación de soledad puede ser un factor de riesgo.
● Cuando hay niños de por medio, alejarlos de los conflictos que pueden existir entre los padres. Son estos últimos quienes deben ponerse de acuerdo respecto a la planificación de las fiestas y luego informarles a los hijos considerando sus intereses. Esto debe ser una decisión de adultos y transmitirla.
● No forzar el estar juntos cuando hay conflicto evidente, ya que ello puede provocar tensión.
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