A medida que disfrutamos del clima cálido de la primavera, aumenta nuestra exposición a bacterias y gérmenes que pueden convertir un pequeño corte o rasguño en un problema de salud mayor. Sin embargo, evitar que esto pase es más simple de lo que parece.
En este sentido, los productos y servicios de higiene eficaces e innovadores y la información accesible son parte esencial de cualquier esfuerzo preventivo que tenga como objetivo detener la propagación de la infección y minimizar la necesidad de antibióticos.
Essity, marca sueca y líder mundial en productos de higiene y salud, busca desde hace algunos años aumentar la conciencia sobre la resistencia a los antimicrobianos y promover las mejores prácticas entre el público en general, los trabajadores de la salud y los responsables de las políticas para evitar la aparición y propagación de infecciones resistentes a los medicamentos.
La resistencia a los antimicrobianos se produce cuando las bacterias, los virus, los hongos y los parásitos (microbios) dejan de responder a los medicamentos, lo que dificulta el tratamiento de las infecciones comunes y aumenta el riesgo de propagación de enfermedades y la muerte.
Muchos factores han acelerado la amenaza de la resistencia a los antimicrobianos en todo el mundo, entre ellos el uso excesivo y el uso indebido de medicamentos en los seres humanos, el ganado y la agricultura, así como el acceso deficiente al agua potable, el saneamiento y la higiene.
Cuidado adecuado de las heridas y la prevención de infecciones
Existen múltiples factores que aumentan el riesgo de que una herida se infecte, como no limpiarla adecuadamente o que se trate de una incisión quirúrgica mal tratada.
“El cuidado adecuado de una herida implica protegerla de los elementos nocivos del medio ambiente y evitar que los microorganismos encuentren un lugar donde prosperar. En este sentido, la utilización de apósitos especializados como parte de una estrategia de AMS (Uso Racional de Antimicrobianos, por su sigla en inglés) puede reducir el uso de antibióticos en el tratamiento de heridas. La AMS tiene como objetivo promover alternativas a los antibióticos en el tratamiento de infecciones de heridas en todos los entornos de atención médica”, explica María Fernanda Morales, especialista clínica de Health and Medical de Essity Cono Sur.
¿Cómo puedo curar una herida infectada?
Curar una herida infectada no es algo que pueda hacerse en un instante. Es un proceso que requiere de una cuidadosa atención. Para eso, debes seguir los siguientes pasos:
Usa los productos correctos: En el caso de las heridas, la prevención de infecciones se logra mediante un cuidado eficaz de las mismas. Con nuestras marcas Leukoplast y Cutimed para heridas agudas y avanzadas, innovamos con el objetivo de que nuestros productos ayuden a la cicatrización y eviten la propagación de infecciones.
Asegúrate de que el material que vayas a utilizar para limpiar la herida esté desinfectado. Por ejemplo, limpia las pinzas con alcohol y prefiere gasas estériles en lugar de algodón que haya estado en contacto con el exterior.
Lava tus manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos.
Lava la herida con agua tibia para no irritar la piel y dañar los tejidos circundantes. Asegúrate de que no queden restos de suciedad.
Para desinfectar una herida es clave curarla bien. Los antisépticos, como la povidona yodada o la clorhexidina, deben aplicarse con una gasa estéril para eliminar microorganismos, combatir la infección y secar la herida gradualmente. Recuerda que tanto el alcohol como el agua oxigenada son desinfectantes irritantes, ideales para limpiar superficies o desinfectar las manos, pero no para curar heridas, por lo que no deben utilizarse en heridas abiertas.
Cubre la herida con un apósito estéril que la proteja contra microorganismos y mantenga la humedad adecuada para prevenir la maceración. También existen apósitos como Sorbart Technology que inactivan bacterias, eliminando microorganismos en cada cambio. Su acción física permite que las bacterias se adhieran irreversiblemente a la superficie del apósito, eliminándolas de manera segura sin el uso de sustancias activas. Esto los hace ideales para pacientes de todas las edades, desde niños con piel sensible hasta ancianos, mejorando el control de infecciones de forma segura y efectiva.
Cambia el apósito regularmente si observas humedad, exudado o suciedad.
Monitorea la herida: Cuando una herida está sanando, es normal sentir una leve tirantez, incomodidad y sensibilidad en la zona afectada. Pero si se detecta enrojecimiento, hinchazón o sensación de calor en la piel alrededor, es probable que esté infectada lo que puede llegar incluso a la presencia de secreciones, fiebre, náuseas o vómitos.
Si la infección se presenta solo con un leve enrojecimiento o hinchazón, puede tratarse en casa. Pero si estos síntomas persisten en el tiempo o tienes fiebre, náuseas y vómitos, es importante buscar atención médica. Se debe considerar además que una herida pequeña o mediana puede sanar en pocos días o en un par de semanas como máximo. Las más grandes o profundas, en cambio, pueden llevar semanas e incluso meses. Pero en ningún caso el dolor debe ir en aumento.
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