El abuso sexual infantil puede estar más cerca de lo que creemos pero al no compartir el niño su experiencia no siempre los padres se enteran de la dramática vivencia.
Para tratar el tema más a fondo se realizará el seminario “Causas complejas en familia: exigencias técnicas y éticas del perito jurídico – forense” el próximo sábado 30 de noviembre de 9:30 hrs a 14 hrs en el Hotel Park Plaza (Santiago).
El encuentro se dirige a peritos psicólogos, psiquiatras y asistentes sociales, abogados y sicólogos quieren profundizar sus conocimientos en el área jurídico forense.
La experiencia del abuso no siempre es relatada con facilidad por los niños pero sí hay comportamientos que nos ayudan a darnos cuenta de que algo pasa. Entre ellas se encuentran la conducta sexualizada, agresividad, rechazo o miedo a algunos miembros de la familia (o del entorno del niño/a), baja en el rendimiento escolar, dificultades para dormir y/o presencia de terrores/temoresnocturnos o pesadillas, así como tristeza, ansiedad, llanto frecuente, miedo generalizado y/o sentimientos de culpa o vergüenza y dificultad para caminar o sentarse, enfermedades de transmisión sexual, entre otros.
Estar atentos a cualquier cambio es importante porque esta es una realidad que como sociedad está presente. De hecho en nuestro país y según un estudio realizado por UNICEF 8,7% de los menores ha sido víctima. De ellos un 75% son niñas y en el caso del abusador el 75,1% son hombres. Los datos resultan sorprendentes porque nada menos que un 88,5% de los abusadores son conocidos de las víctimas y un 50,4% de los abusadores son familiares de las víctimas.
Tal como señala Mónica Gabler, Psicóloga y Perito Jurídico Forense del Centro IPSIS “el abuso sexual infantil es una problemática social extremadamente complejo, que ha estado presente en la humanidad desde hace siglos. Sus efectos en el psiquismo son permanentes en el tiempo y si bien es cierto que es posible reparar el daño a través de una terapia psicológica, la mayoría de los sobrevivientes refieren que sus vidas nunca volvieron a ser las mismas después de aquella experiencia”.
Entre las conductas que son consideradas abuso a un menor se encuentra la exhibición de genitales, pedir que el niño/a le muestre los suyos, exposición a material pornográfico, ver actos sexuales protagonizados por terceros, así como también tocaciones en los genitales por sobre o debajo de la ropa, penetración oral, anal o vaginal con órganos sexuales u objetos o también obligar al niño/a a tocar los órganos sexuales del abusador.
La sicóloga destaca que una forma de apoyar al menor es escuchar su relato si éste surge espontáneamente, anotar los detalles para no volver a preguntarle, también consultar con un especialista en el tema, realizar una evaluación y luego iniciar una terapia. Esta última le permitirá enfrentar la experiencia y encontrar herramientas para seguir adelante con más confianza.
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